UNA HISTORIA DE CARIÑOS
¨En este cuento, Claude Steiner sintetiza con gran
sabiduría y ternura muchas ideas sobre las caricias.
Érase una vez, hace mucho tiempo, una pareja feliz, Antonio y María, quienes
tenían dos hijos llamados Juan y Lucía. Para entender la felicidad de los niños
es necesario retroceder a aquella época.
Cada persona, cuando nacía, recibía una
bolsita de cariños. Siempre que una persona colocaba la mano sobre la bolsita
podía sacar un cariño cálido. Los cariños cálidos hacían que las personas se
sintieran calientes y cómodas, llenas de cariño. Las personas que no recibían
cariños cálidos se exponían al peligro de contraer una enfermedad en la espalda
que les hacía marchitarse y morir.
Era fácil recibir cariños cálidos. Siempre
que alguien los quería, bastaba pedirlos. Colocando las manos en la bolsita
surgía un cariño del tamaño de la mano de un niño.
Al salir a la luz, el cariño
se expandía y se transformaba en un gran cariño cálido que podía ser colocado en
el hombro, en la cabeza, en el cuello de la persona.
Entonces, se mezclaba con
la piel, y la persona se sentía toda muy bien, llena de cariño. Las personas
vivían pidiéndose cariños cálidos las unas a las otras, y nunca había problemas
para conseguirlos, pues se daban gratis. Por consiguiente, durante la mayor
parte del tiempo todos vivían felices y llenos de cariños. Cierto día, una bruja
mala se disgustó porque las personas, por ser felices, no compraban las
pociones, pomadas y los ungüentos que ella vendía. Como esta bruja era muy
sagaz, inventó un plan muy malvado.
Cierta mañana se acercó a Antonio mientras
María jugaba con su hija, y le murmuró al oído: –Mira, Antonio, observa los
cariños que María le está brindando a Lucía.
Si ella sigue así consumirá todos
los cariños, y no quedará nada para ti.
Antonio quedó sorprendido del
razonamiento y preguntó: – ¿Quiere usted decir que no siempre existen cariños
calientes en la bolsita? Y la bruja contestó: –Se pueden acabar, y tú no
recibirías más.
Diciendo esto la bruja se fue, montada en su escoba,
carcajeándose ruidosamente. JAJAJAJAJAJA….
Antonio quedó muy preocupado, y se
puso a mirar cada vez que María le entregaba un cariño cálido a otra persona,
pues temía perderlos.
Entonces empezó a quejarse a María, a quien quería mucho,
y él también dejó de darles cariños a los demás, y los reservó solo para su
esposa. Los niños lo notaron y también empezaron a economizar cariños, pues
entendieron que no estaba bien entregarlos. Todos se volvieron cada día más
mezquinos.
Las personas de esa localidad comenzaron a sentirse menos cálidas,
desamparadas y menos encariñadas, algunas murieron por falta de cariños cálidos.
Cada día iban más personas a hablar con la bruja para adquirir ungüentos y
pociones.
Pero la bruja realmente no quería que las personas murieran porque, si
eso ocurría, dejarían de comprar pociones y ungüentos. Entonces tramó un nuevo
plan.
Todos recibían una bolsita que era muy parecida a la bolsita de cariños,
pero era fría y contenía espinas frías. Las espinas frías hacían que las
personas se sintieran frías y pinchadas, más evitaban que se murieran. De ahí en
adelante, siempre que alguien decía: “Quiero un cariño caliente”, los que temían
perder su reserva, contestaban: “No le puedo dar un cariño cálido, pero si usted
quiere le puedo dar una espina fría”.
La situación se complicó bastante porque
desde la llegada de la bruja había cada día menos cariños calientes disponibles,
y éstos se estaban volviendo muy valiosos. Esto obligó a las personas a intentar
hacer todo tipo de cosas para conseguirlos. Antes de que llegara la bruja, se
reunían grupos de tres, cuatro, cinco personas, sin importarles quién les estaba
dando cariños a quien. Después de aparecer la bruja la gente comenzó a juntarse
por parejas y a reservar todos sus cariños cálidos exclusivamente para su
pareja. Cuando se olvidaban y le daban un cariño cálido a otra persona, se
sentían después culpables.
Las personas que no lograban encontrar una pareja
generosa debían trabajar mucho para obtener dinero para comprar los cariños.
Otras personas se volvieron simpáticas y recibían muchos cariños calientes sin
tener que corresponder con cariños. Entonces comenzaron a vendérselos a las
personas que los necesitaban para sobrevivir.
Igualmente, otras personas reunían
espinas frías, que eran ilimitadas y gratis, las cubrían con un forro blanco, y,
calentándolas, las hacían pasar por cariños cálidos. Realmente eran cariños
falsos, de plástico, que causaban nuevas dificultades. Por ejemplo, dos personas
se juntaban e intercambiaban libremente sus cariños de plástico. Se sentían bien
en ciertos momentos pero luego, se sentían muy mal. Como creían que estaban
intercambiando cariños cálidos, se confundían.
Por consiguiente, la situación se
puso muy grave.
No hace mucho tiempo, una mujer especial llegó a ese lugar.
Nunca había oído hablar de la bruja, y a ella no le preocupaba que los cariños
cálidos se acabaran. Ella los entregaba gratis, inclusive cuando no se los
solicitaban.
Las personas de ese lugar desaprobaban su actitud porque esa mujer
les hacía pensar a los niños que no se debían preocupar por que los cariños
cálidos se terminaran, y la llamaban la Persona Especial. Los niños querían
mucho a la Persona Especial porque se sentían bien en su presencia, y comenzaron
a darle cariños cálidos siempre que sentían la necesidad de hacerlo.
Los adultos
se preocuparon mucho, y decidieron imponer una ley para proteger a los niños del
desperdicio de sus cariños calientes. La ley decía que era un crimen distribuir
cariños calientes sin permiso.
Sin embargo, a pesar de la ley, muchos niños
continuaron intercambiando cariños cálidos siempre que lo deseaban o que alguien
los pedía.
Como había muchos niños parecía que el intercambio de cariños iba a
seguir prosperando.
Todavía no podemos predecir qué ocurrirá. ¿Las fuerzas de la
ley y del orden de los adultos forzarán a los niños a detener su imprudencia?
¿Los adultos se unirán a la Persona Especial y a los niños y entenderán que
siempre habrá cariños calientes, todos los que fueren necesarios? ¿Se acordarán
de los días en que los cariños calientes eran inagotables porque se distribuían
libremente? ¨
1. ¿De cuál lado está
usted, DE LOS NIÑOS, LOS ADULTOS, LA BRUJA, LA PERSONA ESPECIAL?
2. ¿Qué opina usted del INTERCAMBIO DE CARIÑOS?
Ingéniate tu propia bolsita de cariños
cálidos y llévala contigo, recuerda no ser egoísta con los cariños.